Asesinado en una emboscada en Cantabria
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En el Bar Garay de Santander se fraguó la fracasada huida a Francia del último guerrillero antifranquista que quedaba en activo combatiendo a la dictadura tras la muerte de su mítico compañero Juanín.
- Claudio y Maruchi llevan 40 años detrás de la barra del Bar Garay, en el centro del populoso barrio de Castilla-Hermida de Santander, una lengua de edificios que discurre entre el Puerto y las vías del tren con la mayor densidad de población de la capital de Cantabria. Allí, a los clientes se les llama por su nombre y se comentan las noticias del periódico en papel, que todavía pasa de mano en mano por las mañanas, mientras se despachan cafés y un blanco de solera muy apreciado. La tarde se entrega al barullo de mesas rebosantes de partidas de cartas y de dominó.
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El bar está prácticamente conservado como cuando sucedió todo hace casi siete décadas. Suelo de baldosa antigua, paredes revestidas de azulejos marrones, pintura blanca y viejas ventanas de madera con visillos. Hasta la mampara que separa el antiguo comedor es propia de un decorado de época. Así que no es difícil rememorar que allí, en una de esas mesas–entre los pucheros de alubias tan afamados del local– en los años 50 se fraguó la huida a Francia del último maquis, una operación con claroscuros que acabó en tragedia inducida por una traición. La fidelidad del escenario es tal que bastaría descolgar la pantalla de televisión para rodar una escena de la postguerra española.
- Noticia completa de El Diario