Bienes escasos y especulación: lecciones de 1918, la Guerra Civil y la posguerra

 

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Hace ya más de 30 años mi abuela tenía una vecina un poco mayor que ella con quien tenía cierto trato y que en una ocasión recuerdo haber visitado. Me sorprendió que apilara montones de periódicos viejos que habían pasado de la despensa y seguían expandiéndose hasta la cocina. Puede que fuera un principio de síndrome de Diógenes, pero mi abuela, compasivamente, me explicaba que su vecina temía obsesivamente los tiempos de la Guerra Civil, cuando en Madrid no había calefacción. El papel de periódico es un mal combustible, pero quizás en una chimenea podía arder para evitar el frío. Es muy probable que la explicación que desplazaba al síndrome de Diógenes por la obsesión del trauma bélico, fuera cosecha de mi propia abuela, que también vivió la guerra de joven.